Si eres una persona que pasa la mayor parte del tiempo sentado o no te gusta salir a la calle a pasear, tener un doberman como amigo no es aconsejable, porque estos animales necesitan mucha actividad, pero no solo de correr o salir a pasear, sino también de juegos y actividades, puesto que si no queman esa energía se vuelven ariscos y muy desobedientes. Por otro lado, también se debe tener una personalidad fuerte, que pueda dominar al doberman y no al contrario, recuerda siempre la frase que dice que un perro siempre se debe parecer a su dueño, pues en este caso es así, debiendo de tener el control en todo momento, pero ser una persona pacífica y muy cariñosa. Es necesario, como hemos comentado anteriormente que se le pongan retos y muchos juegos y movimientos, puesto que la mente de este animal es muy activa, al igual que su cuerpo y si no está activado, contará con un comportamiento destructivo para hacerse notar y que el dueño esté pendiente a lo que hace. Cuando se adiestra y se educa desde pequeño, se trata de una de las razas que más se sabrán comportar y es algo que se admira en los doberman.
La fama que tienen estos perros de salvajes y agresivos les viene de la Segunda Guerra Mundial, ya que los americanos usaron estos perros bien adiestrados para encontrar enemigos debajo de los escombros o incluso en cuevas o sótanos ocultos, haciendo que en estos casos, el perro se encargase de ellos. Desgraciadamente esta imagen fue quedando en la retina de muchas personas que fueron transmitiendo esta desafortunada imagen y haciendo que la reputación del doberman fuese negativa, tanto que a día de hoy, es una de las razas de perro característica en ciertas sagas de películas de miedo. Educación y adiestramiento En muchos casos, se pregunta si una raza de perro es la ideal para una persona, pero deberíamos de realizar la pregunta al contrario, si la persona es ideal para esa raza de perro. Esto está formulado así, porque muchas personas pueden elegir al doberman como mascota, sin embargo, no cuentan con las exigencias que este animal necesita, como es el caso de tener un ritmo de vida activo.